La incidencia de hipoacusia (pérdida auditiva) en recién nacidos es de 2 a 4 por mil, lo que representa una de las anomalías congénitas más frecuentes (1,2). De allí que por décadas se haya intentado diseñar métodos de detección temprana de estas pérdidas. Inicialmente se pensó que el “cribigrama” era una posible solución, sin embargo, este examen no resultó Ver Más…